Uno de los casos más emblemáticos de fraudes empresariales es el de Enron Corporation, por cinco años consecutivos reconocida, por la revista Fortune, como la empresa más innovadora de los Estados Unidos. Enron inició su vida como productora de energía en1985, formada por la fusión de Houston Natural Gas e Internorth, en 15 años llegó a ser la séptima mayor empresa de Estados Unidos, empleando a 21.000 personas en más de 40 países. se posicionó como la mayor empresa distribuidora de energía, con ingresos anuales superiores a los cien mil millones de dólares, valorada en casi 60 billones de dólares para 2001.
Nació como compañía de gas, se diversificó en el negocio de las infraestructuras de agua. Más tarde, se convirtió en una plataforma de negociación de instrumentos financieros vinculados a una amplia gama de productos. En el año 2000 ganó el premio del Financial Times a la “Compañía de Energía del Año” y a la “mejor y exitosa decisión de inversión”. Dueña de plantas generadoras de energía, distribuidoras de gas y otras unidades involucradas en el suministro de servicios a consumidores y empresas. También fue pionera en la compra y venta de energía como si fueran acciones o bonos. Se convirtió en un gran intermediario en el mercado energético, tomando enormes riesgos financieros. Se convirtió en una de las primeras empresas del mundo de los sectores eléctrico, de gas natural[1], de la comunicación y de producción de papel.
Empleaba a 22.000 personas cuando se declaró en quiebra a mediados de noviembre 2001, se pone de manifiesto el ocultamiento de pérdidas de 63.400 millones de dólares, sus pasivos ascendían a más de 30 mil millones de dólares. Salieron a relucir sobornos y tráfico de influencias para obtener contratos en América Central, América del Sur, África, Filipinas e India. En octubre de 2001, Enron obtuvo sus primeras pérdidas de 1.000 millones de dólares por diversas inversiones fallidas. Paralelamente, se conocieron otras pérdidas por 1.200 millones de dólares en operaciones no reportadas en los libros contables de la empresa. A este escenario se agrega su creciente endeudamiento.
En setiembre de 2001, el pasivo originado por su negocio de intercambio de derivados energéticos alcanzó los 18.700 millones de dólares. Asimismo, sus obligaciones fueron superiores a los 40.000 millones de dólares, repartidos entre emisores de deuda (9.000 millones de dólares), préstamos (4.000 millones de dólares) y otros instrumentos como letras de créditos y obligaciones contractuales (27.000 millones de dólares).
El problema de liquidez aumentó aún más por la fallida fusión que tuvo con Dynegi INC, su principal competidora que, al conocer los malos manejos contables, la falsedad en las ganancias esperadas y el creciente endeudamiento retiró su oferta de compra por 9.000 millones de dólares. Los beneficios de los últimos cinco años se redujeron un 20 por ciento y como consecuencia de todo ello, la SEC inició una investigación sobre la empresa. En diciembre de ese año Enron se declaró en suspensión de pagos tras perder un 68 por ciento de su valor en la Bolsa. Se desplomó el precio de las acciones y despidió a 4.000 de sus 7.500 empleados de su sede en Houston. Una manera de describir la magnitud de la crisis de Enron es analizando su evolución en el mercado bursátil de los Estados Unidos. Así, el precio de la acción pasó de 89 dólares en agosto de 2000 a 22 centavos de dólar el 12 de diciembre de 2001.
En 2002, se descubrió que la mayor parte de los beneficios eran falsos, que la empresa tenía una deuda mayor de lo que se pensaba y que, en general, todo Enron era un fraude cometido en contra de sus accionistas, empleados y la sociedad en general.
El enorme colapso de Enron costó más de mil millones de dólares en pérdidas a los bancos.
Los actores
Los principales responsables, los directivos de la empresa, Kenneth Lay, Jeffrey Skilling, Andy Fastow Y Rick Causey, acusados de conspiración, malversación y fraude con valores relacionados, presentación de estados financieros falsos, en los que se sobreestimó beneficios y subestimó deudas infringiendo las reglas contables. El 25 de mayo de 2006 finalmente fueron declarados culpables Kenneth Lay, presidente de Enron y Jeffrey Skilling, su ex director ejecutivo, por conspiración para cometer fraudes.
El jurado compuesto por 12 personas declaró a Lay culpable de los seis cargos que se le imputaban, mientras que consideró que Skilling, era culpable de conspiración y fraude. Lay y Skilling afrontaban seis y 28 cargos de conspiración, fraude y maniobras financieras para ocultar las pérdidas y exagerar los beneficios de Enron, con el fin de atraer el dinero de los inversores. El 5 de julio de 2006, producto de problemas coronarios, falleció en Aspen (Colorado) Kenneth Lay, de 64 años, quien arriesgaba una pena de hasta 45 años de cárcel por su participación en el fraude financiero.
El 23 de octubre de 2006 Jeffrey Skilling fue condenado a una pena de 24 años de prisión tras haber sido declarado culpable de 19 cargos en su gerenciamiento durante menos de un año en la empresa y haber renunciado solo cuatro meses antes de la quiebra. Lay y Skilling se defendieron en el juicio afirmando que no estaban al tanto de las manipulaciones contables de su director financiero Andrew Fastow. Este por su parte se declaró culpable y aceptó colaborar con la justicia a cambio de la reducción de su pena.
Richard Alan Causey,vicepresidente ejecutivo y jefe de contabilidad, graduado de la Universidad de Texas en Austin con un título de licenciatura en contabilidad y un MBA, contador público en el estado de Texas. Trabajó en Arthur Andersen como jefe del equipo de auditoría Se fue Arthur Andersen y se unió a la División de capitales y de comercio Enron. Con el tiempo fue ascendido a Director de Contabilidad. Causey originalmente se declaró inocente, pero el 28 de diciembre de 2005 admitió su culpa y aceptó testificar contra Kenneth Lay y Jeffrey Skilling a cambio de una reducción de su pena de 5 a 7 años de prisión.
El abogado de Skilling, Daniel Petrocelli según los informes, respondió que Causey era inocente, y simplemente se rompió bajo la presión . El 2 de enero de 2007, Causey ingresó la Institución Correccional Federal en Bastrop, Texas . Fue puesto en libertad el 14 de octubre de 2011.
Andrew Fastow, artífice de las maniobras bursátiles, era el director financiero, contratado por Jeff Skilling antes de cumplir 30 años, fue quien se encargó de encubrir el hecho de que las finanzas de Enron se estaban convirtiendo en una fantasía gracias a la contabilidad de valores razonables utilizada por Enron, fue despedido poco antes de que la compañía se declarara en quiebra. Fastow fue una de las figuras claves detrás de la compleja red de entidades de propósito especial ( sociedades limitadas , que Enron controlaba) utilizadas para ocultar las pérdidas masivas de Enron en sus balances trimestrales. Al mantener ilegalmente apuestas personales en estas entidades fantasmas aparentemente independientes, fue capaz de defraudar a Enron decenas de millones de dólares. La Comisión de Valores de los Estados Unidos, posteriormente, le abrió una investigación.
Fastow cumplió una condena de seis años de prisión por cargos relacionados con estos actos. Su esposa Lea Weingarten, ex tesorera asistente de Enron, se declaró culpable de conspiración para cometer fraude electrónico, lavado de dinero conspiración y la presentación fraudulentas impuesto sobre la renta e igualmente condenada. Fastow judío practicante, ahora se dedican a escribir y a dar charlas sobre ética.
La quiebra de Enron ocasionó que decenas de miles de personas, incluyendo a sus propios empleados, los ejecutivos de Enron los motivaban a que invirtieran en la compañía, perdieran todo o gran parte de sus ahorros al invertirlos en la compañía. Por su parte los directivos percibían enormes salarios, y sustanciosas bonificaciones ejerciendo sus opciones de compra de acciones a precio preferenciales, así engañaron a los inversionistas, a los consejeros de inversión, el SEC (Securities and Exchange Commission), organismo responsable de la vigilancia de las bolsas y el mercado de capitales.
Dejó 31.800 millones de dólares en deudas y sus acciones perdieron todo valor. Una denuncia de los pequeños accionistas de la compañía asegura que sólo los altos ejecutivos de Enron conocían la difícil situación financiera y por eso decidieron vender sus acciones mientras mentían a sus empleados y pequeños accionistas. Se sabe que Kenneth Lay vendió acciones de Enron en 350 ocasiones, negociando prácticamente a diario entre 1999 y 2001, cinco meses antes de que la empresa quebrara, obteniendo 300 millones de dólares de ganancias por esas operaciones y otras compensaciones. Por su parte Skillling y Fastow vendieron acciones por 66 y 30 millones respectivamente poco antes de la quiebra.
Como lo hizo
El secreto de Enron radicaba en su capacidad de reflejar ganancias excesivas que no se traducían en dinero efectivo, es decir, reflejar beneficios futuros en el presente, como lo hace un banco con las hipotecas a largo plazo. Esta fue la razón de la quiebra de Enron, las ganancias se correspondían con expectativas de imposible realización. Mediante esta contabilidad las potenciales ganancias se computaban el mismo día que realizaban las transacciones, sin considerar el dinero que realmente ingresaba a la empresa.
Para el mundo exterior Enron obtenía los beneficios que decían obtener, lo cual era muy subjetivo, dejando abierta la puerta de la manipulación. Esta habilidad de generar importantes ganancias, sin que por lo mismo se percibieran ingresos de efectivo, se debió a la adopción del “valor razonable”.[2] Bajo las reglas de la contabilidad tradicional Enron solo podría haber reconocido como ingresos aquellas ganancias que significaran entradas de dinero para la empresa. Pero bajo la contabilidad a valor razonable Enron podía estimar el valor convenido por el plazo a cualquier valor que considerara conveniente. Era muy difícil tener la certeza mínima de los precios dado que los contratos eran a muy largo plazo y dejaban abierta una posibilidad tentadora para ajustar la contabilidad a las necesidades de la compañía. Un contador “creativo” podía modificar mínimamente los precios a su conveniencia. Así, gracias a la maleabilidad del valor razonable, Enron podía registrar en sus libros grandes volúmenes de ingresos de los contratos que tenía para el suministro de gas a largo plazo. El crecimiento de las ganancias aparentes era más importante que el efectivo y llevó a una crisis de liquidez de caja.
La medición a valor razonable fue adoptada a propuesta de Skilling y aprobada tanto por Arthur Andersen como por la SEC y desde el comienzo Enron se convirtió en la primera empresa no financiera en utilizar esta contabilidad. Es más, la SEC alentaba a aquellas empresas cuyos activos podían ser fácilmente estimados en el futuro para que usaran dicha contabilidad y así conocer el valor “real” de los activos.
El negocio de los derivados de Enron consistía en vender a clientes industriales y compañías de energía que, en lugar de comprar acciones del capital de empresas, compraban y vendía opciones sobre productos como el gas natural o la electricidad. Un derivado, explicado e forma sencilla, es un contrato financiero ente dos o más partes que tiene como base o soporte un producto cualquiera, en el caso de Enron era el gas y como se puede apreciar es una derivación de los contratos a largo plazo que tenía para la compraventa de gas. Vendía también otros derivados como productos financieros, los forward, los futuros y los swaps. productos comunes en las instituciones financieras, pero que la empresa energética los utilizara no era normal.
El más innovador era el derivado climático por el cual las empresas de gas y electricidad estaban muy interesadas dado que así podrían cubrirse de los riesgos eventuales que afrontaban con los cambios climáticos. Enron no tenía necesidad de obtener una licencia para poder operar con estos valores ni de registrarse en la SEC, como tampoco de sujetarse a las reglas de la Bolsa de Valores de New York, ni reportar cuánto dinero estaba utilizando para respaldar sus operaciones pues la excepción que le otorgó el gobierno al permitirle operar con estos valores le permitía actuar bajo su propio mercado de derivados, algo inusual en la historia de las empresas energéticas así como del mundo financiero, que veía como Enron seguía creciendo bajo las leyes de “libre mercado” y la desregulación. Pero Enron no solo operaba con libertad total en el mercado de derivados, sino que además creo infinidad de empresas que las utilizaban exclusivamente para trabajar con valores derivados. Esas eran las Entidades de Propósitos Especiales y fue a través de ellas que la corrupción comenzó a desbordar Enron.
Por lo que se refiere a la profesión de la abogacía, tampoco sale indemne. El caso más evidente es el de la firma Vinson & Elkins, los principales asesores legales de Enron, quienes jugaron un papel fundamental en la creación de muchas de las controvertidas filiales de Enron.
La justificación Según los abogados y los acusados lo que ocurrió es que los clientes no pagaban sus deudas y que esta fue injustamente calumniada de fraude, lo que provocó la corrida y finalmente la quiebra. El sistema debía tener registros contables, comprobaciones y estados financieros, los contadores, auditores, abogados, y banqueros tenían que decir que no, pero nadie lo hizo, todos recibían dinero y callaban, todos formaron parte del fraude.
Según Granof, Michael H. y Zeff Stephen A. La historia comenzó en los años 70 y los años 80, cuando los miembros del Congreso, la mayoría de los estados productores de petróleo, ejercieron presión sobre la Junta de Normas de Contabilidad Financiera (F.A.S.B.) y la Comisión de Bolsa de Valores (SEC) para que no exigieran normas muy elevadas a los reportes financieros de la industria petrolera. En este momento estaba claro que los legisladores servían intereses corporativos, no los de los inversionistas. Ahora está claro que esto fue solamente un acto de calentamiento.[3]
El escándalo incluyó a la familia Bush vinculada a Kenneth Lay, fundador y presidente de Enron, en los comienzos George Bush padre, ayudó a obtener billones de dólares en subcontrataciones gubernamentales para Enron Corporation.
La Casa Blanca admitió que Dick Cheney, Vicepresidente de EEUU y director de un grupo del gobierno, encargado de elaborar políticas energéticas y su equipo mantuvieron seis reuniones durante 2001 con Kenneth Lay y otros directivos de Enron, pero se negó a dar detalle de la relación entre el gobierno y la compañía.
Según The Economist, tres cuartos de los miembros del Senado de los EEUU se habían beneficiado de donaciones a sus campañas por parte de esa empresa, en donde el Congreso había aprobado varias reformas favorables a sus intereses.
Robert Zoellick, Representante de Comercio, trabajó en Enron antes de entrar a trabajar en la administración Busch.
John Ashcroft, Procurador General de los EEUU, su fallida campaña como senador se la financio Enron por lo que debió excusarse de actuar en el caso por su vinculación con la empresa y sus directivos.
Marc Racico, Jefe del Comité Republicano Nacional, fue representante de ENRON en los corrillos políticos.
Paul O’Neill, Secretario del Tesoro y Don Evans, Secretario de Comercio, advertidos por Lay de los problemas de ENRON, no hicieron nada para prevenir la crisis.
Tom Ridge, Director de Seguridad Interna, favoreció a ENRON cuando era Gobernador de Pennsylvannia en 1997.
Curtis Herbert Jr., Ex Jefe Comisión Federal de Regulación Energética, renunció a su puesto por las presiones del Gobierno para favorecer a ENRON.
Wall Street se vio afectada debido a la cantidad de bancos e inversionistas importantes involucrados en la estafa, los bancos más grandes de EEUU invirtieron hasta 25 millones cada uno: JP Morgan, Chase, CS First Boston, Citibank, Merrill Lynch, Deustche Merrill Lynch, Citigroup, J.P. Morgan Chase Bank, y otros. Algunos de éstos, no sólo realizaron significativas inversiones en la compañía, sino que además fueron partícipes de las operaciones que Enron realizaba y dejaba fuera de su contabilidad.
Arthur Andersen
Capítulo aparte es el caso de la auditora.
El creador, Arthur Andersen, nació el 30 de mayo de 1885, en Plano, Illinois. En 1907 trabajó en la firma de auditoría PriceWaterhouse. En 1908, con sólo 23 años, se graduó como contador público. Y en 1911, a sus 26 años, dejó Price y pasó a ser controller en el grupo Uihlein, que poseía la cervecera Schlitz.
En 1912 le pidieron que dirigiera el departamento de contabilidad de la Universidad Northwestern. Al poco tiempo, el 1 de diciembre de 1913, creó su propia firma de servicios de auditoría contable y consultoría en el corazón de Chicago, junto a su socio Clarence DeLany (también ex Price), tras comprar la firma The Audit Company of Illinois, que pasaron a renombrarla Andersen, DeLany& Co.
Recibió un título de licenciatura de la Universidad Northwestern en 1917. En 1918, DeLany dejó la firma y ésta cambió su nombre por «Arthur Andersen & Co».
Desde los 27 hasta los 37 años fue el titular del departamento de contabilidad en la Escuela de Comercio de la citada Universidad Northwestern.
Fue el primer profesor que propuso ir más allá de la estricta contabilidad en la formación de los auditores, tratando de que aprendieran a entender y resolver la problemática general de los negocios. Andersen fue pionero en descubrir que la formación de sus empleados era una inversión necesaria, no un gasto.
La auditora surge en un entorno de grandes firmas profesionales que ya estaban establecidas en los Estados Unidos, la mayoría procedentes de la Gran Bretaña. Andersen se diferenció de los demás desde el principio, porque nació como una consultora de negocios más que una simple auditora. Su fundador impuso unos estándares de calidad y honradez que hicieron de una pequeña firma una de los cinco grandes del mundo. Además de la auditoría ofrecía servicios de asesoramiento fiscal y jurídico.
El fraude de Enron ocurre en contubernio con su auditora, la cual contribuyó con su prestigio, Enron la llevó a la ruina, a la pérdida primero de su buen nombre y con él todo el capital de la empresa, que cerró al año siguiente de que Enron se declarase en bancarrota.
Andersen auditaba a Enron desde su creación y también le proporcionaba servicios de asesoría. Los recursos que Andersen obtenía de Enron eran enormes, sólo en 1999 la firma contable había obtenido 46,8 millones de dólares por sus trabajos de auditoría, consultoría y de índole fiscal; en el 2000 esa cantidad se había incrementado a 52 millones de dólares. Además de los servicios que Andersen prestaba a Enron, el departamento de finanzas de esta empresa estaba repleto de alumnos de Andersen.
En el año 2001, Andersen facturó a su cliente 27 millones de dólares por el servicio de asesoría y 25 millones por el de auditoría. Sin embargo, en ningún momento los auditores manifestaron la existencia de prácticas contables dudosas. Andersen se encontraba en complicidad con Enron, ya que por los honorarios que ésta le proporcionaba, la firma se limitaba a realizar lo que Enron le pedía. Por ejemplo, para finales de los años noventa, Andersen había llegado a ser tan dependiente de Enron que no se podía dar el lujo de perderlo como cliente.
El 23 de octubre de 2001 Arthur Andersen destruyó más de una tonelada de documentos en los que se incluía papeles de trabajo de su actividad en Enron.
Sentenciada por los tribunales federales de Houston el sábado, 16 de junio de 2002, por delitos de obstrucción a la justicia, y de destrucción y alteración de documentos relacionados con la quiebra de Enron y las irregularidades cometidas por dicha corporación. Se le multó en 500.000 dólares, y se le privó de poder seguir ejerciendo sus funciones de auditoría y asesoría para las sociedades registradas en la bolsa de valores de los Estados Unidos.
David B. Duncan era el auditor en jefe de Arthur Andersen, responsable de la auditoría de los Estados Financieros de Enron), testigo estrella del gobierno en el juicio. Empleado de Andersen durante 20 años, estaba a cargo de la cuenta de Enron desde 1997. Fue despedido de Andersen en enero de 2002 y acusado de obstrucción a la justicia por haber ordenado el personal de Andersen destruir más de una tonelada de documentos relacionados con Enron. Se justificó aduciendo que el temor a una interpretación errónea lo llevó a ordenar la destrucción de documentos relacionados con el caso.
El 9 de abril 2002, se declaró culpable; la pena máxima por sus crímenes es de diez años, pero desde que se declaró culpable y se convirtió en un testigo de la acusación habría presuntamente recibió una sentencia mucho menor.[4] Su sentencia fue pospuesta varias veces. En la actualidad reside en Houston, Texas y tiene tres hijas.
En enero de 2008 se estableció cargos ante la SEC de haber violado las leyes de valores. [4] A partir de entonces, las asociadas de Arthur Andersen en los diferentes países se fueron disolviendo y sus equipos profesionales se fusionaron o fueron absorbidos por otras empresas del sector.
El 31 de mayo de 2005, en el caso de Arthur Andersen LLP vs Estados Unidos, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos revocó la condena de Andersen debido a lo que vio como defectos graves en las instrucciones del jurado. Las instrucciones fueron redactadas de tal manera que Andersen podría haber sido condenado sin ninguna prueba de que la empresa sabía que había roto la ley o que se había producido un vínculo o relación con cualquier procedimiento oficial que prohibiera la destrucción de documentos. El fallo anuló la condena por el delito de Andersen, lo que teóricamente la dejó libre para reanudar operaciones. Sin embargo el daño al nombre de Andersen fue tan grave y su desprestigio de tal magnitud que dejo de ser un negocio viable, incluso en una escala limitada.
Hay más de 100 demandas civiles pendientes en contra de la empresa en relación con sus auditorías de Enron y otras empresas. Incluso antes de entregarse voluntariamente a su derecho a ejercer ante la SEC, ya tenía muchas de sus licencias estatales revocados. Un nuevo verbo, «Enron-ed» fue acuñado por John M. Cunningham, el ex Director de Arthur Andersen en la Oficina de Seattle, para describir la desaparición de Arthur Andersen.
Desde un máximo de 28.000 empleados en los EE.UU. y 85.000 en todo el mundo, la firma se ha reducido a alrededor de 200, basado principalmente en Chicago. La mayor parte de su atención está en el manejo de las demandas y presidir la disolución ordenada de la empresa.
Arthur Andersen LLP no se ha disuelto formalmente ni se ha declarado en quiebra. La propiedad de la asociación ha sido cedida a cuatro sociedades de responsabilidad limitada llamada Omega Gestión de I a IV. A partir de 2011, Arthur Andersen LLP todavía opera el centro de conferencias Q Center en San Charles, Illinois. El centro Q se utiliza actualmente para la formación, sobre todo para el personal interno de Accenture, y otras compañías de gran escala. [5]
Arthur Andersen en Venezuela
Desde 1989, Piernavieja, Porta, Cachafeiro y Asociados eran los representantes de Arthur Andersen en Venezuela. Al desaparecer a nivel mundial la clientela se distribuyó entre diversas firmas.
Fuentes consultadas:
-Conferencia de las Naciones Unidas sobre la crisis financiera y económica mundial y sus efectos en el desarrollo», Naciones Unidas, Nueva York, 24 y 25 de junio de 2009
-Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo Junta De Comercio y Desarrollo, Comisión de la Inversión, la Tecnología y las Cuestiones Financieras Conexas Grupo de Trabajo Intergubernamental de Expertos en Normas Internacionales de Contabilidad y Presentación de Informes 20º período de sesiones Ginebra, 29 de septiembre a 1º de octubre de 2003.
-Granof, Michael H. y Zeff Stephen A. en Las presiones del Congreso de Estados Unidos a la Junta de Contabilidad (FASB) en: http://www.auditoria-integral.com.ar/Resoluciones8a.htm
-Mattessich, Richard. Lecciones de Enron y Arthur Andersen Co En: www.mgeu.uma.es/CONFERENCIAS/Enron-Malaga_LV.pdf programa provisional A/Conf.214/3.TD/B/COM.2/ISAR/19/Add.5 31 de julio de 2003
–https://en.wikipedia.org/wiki/ Para la información de los actores
Notas
[1] En Venezuela era propietaria de Ven-gas
[2] La adopción de la contabilización del “valor razonable” en los últimos decenios (por el FASB y la IASB) ha sido inoportuna y una de las principales razones de las falsedades en Enron y otros desastres financieros. (Mattessich, Richard. Lecciones de Enron y Arthur Andersen Co.)
[3] Granof, Michael H. y Zeff Stephen A. en Las presiones del Congreso de Estados Unidos a la Junta de Contabilidad (FASB) en: http://www.auditoria-integral.com.ar/Resoluciones8a.htm Consulta 19-04-2016
[4] Se retiró su declaración de culpabilidad el 12 de diciembre de 2005 después de la anulación de la condena de Arthur Andersen. Esto fue aprobado por el juez de distrito Melinda Harmon.
[5] Wtas LLC, una consultora tributaria basada en San Francisco fundada de las cenizas de Andersen, recuperará parte de aquella marca al registrar la firma Andersen Tax a partir de hoy, 02/09/2014, según ha informado la agencia Bloomberg.
2 respuestas a “ENRON Y ANDERSEN”
leyendo el articulo recorde cuando Chávez Desperdicio la bonanza petrolera de Venezuela creyendo que los precios se mantendrian igual y en la actualidad se vive la peor crisis ya que se contaban con unos ingresos ficticios… y para que servira la contabilidad gubernamental pregunto, no emitiran informes reales?
Es increible que el primer mentor de la auditoria luego de enseñar a lo mejor de el tengan estas actitudes por la Ambición y el poder, dañando una cantidad de empresas y la reputación de Estado, tanto prepararse estudiando y sacar adelante una empresa para que unos lacaños la destruyan en un instante