El trabajo independiente de los contadores


CPC pelando

Desde la Comisión de Historia de la Federación de Colegios de Contadores Públicos de Venezuela propusimos, en la oportunidad del último censo nacional de población, la celebración de un censo de los contadores públicos inscritos en los diversos colegios federados, aquí el texto en comento, según comunicación de febrero 2011:
“Para el año 2011 sugerimos realizar además un censo nacional de la membresía que incluya entre otras variables: edad, sexo, estado civil, universidad de origen, estudios de postgrado, actividad en la que se desempeña, ingresos. Para el desarrollo del instrumento de recolección de datos y su posterior procesamiento sería conveniente buscar asesoramiento experto.
Esta propuesta permitirá conocer las características socioeconómicas de nuestros agremiados y en consecuencia realizar iniciativas en función de la defensa de sus intereses.”
Por supuesto que la propuesta no prosperó, percibimos en las directivas gremiales pasada y presente la mayor indiferencia a conocer la real situación de la membresía.
A falta de estadística sobre el desempeño y su remuneración, el estatus social, sus necesidades y carencias del colectivo profesional de nuestra disciplina, recurrimos a nuestra observación y a la consulta de algunos colegas.
A continuación describimos lo que pudiera considerarse como casos típicos.
Caso1: Colegas, mujeres en su mayoría, que activan desde su casa, allí han habilitado una pequeña oficina, un equipo de computación, un mobiliario mínimo, un escritorio, dos sillas de visitante, una modesta estantería, una papelera y varias cajas y papeles por doquier.
Atienden de 5 a 10 clientes a los que les cobran de Bs. 2.000 a 4.000 por llevarles la contabilidad, su ingreso mensual bruto esta en unos Bs. 15.000 unas veces un poco más por los trabajitos eventuales.
Llevar la contabilidad son varias cosas: Registro de un resumen de operaciones del mes en efectivo, no hay conciliaciones bancarias. Registros del IVA compras y ventas y declaración. Declaración de los tributos al municipio, al SSO, INCES y demás obligaciones legales. En algunos casos se ocupan de los pagos en las oficinas recaudadoras bancarias. Los clientes le dicen mi contadora.
Caso 2: Colega con una oficina o cubículo en una más grande, se repite el escenario uno, aquí los gasto son mayores y el ingreso neto se reduce. La ventaja es que no coexiste su vida personal con el trabajo, unas veces por la ubicación de su vivienda otras por lo limitada de la misma o porque simplemente vive arrimada(o) en casa de sus padres.
Caso 3: Ni lo uno ni lo otro, activa en casa de sus clientes, anda en permanente cacería de tigritos, eventualmente trabaja como gestor, incluso practica la tercería de otros colegas con mayor fortuna. Su ingreso se ubica en el salario mínimo y se podría decir es de subsistencia.
Caso 4: Es empleado del gobierno o de una empresa con un salario exiguo, mínimo y medio, se redondea matando tigritos, lleva algunas contabilidades las que parte las realiza en su trabajo o los fines de semana en su casa. En ese cabalgar se pierde recurrentemente de su trabajo fijo para medianamente cumplir las obligaciones de sus clientes. El complemento de ingreso obtenido es mas o menos un salario mínimo que se adiciona a lo que percibe fijo. En este caso se ubican unos cuantos profesores universitarios, incluso algunos premiados en condición exclusiva para la universidad.
Caso 5: Medianamente exitoso, buenos clientes a los que les factura mensualmente más o menos Bs. 4.000, su oficina ubicada en centro profesional o comercial, con dos empleados como mínimo. El costo de la oficina lo está atenazando, canon en progreso permanente, remuneración del personal creciente con obligaciones acumuladas, servicios e insumos afectados por la situación nacional, un panorama nada halagüeño.
Caso 6: Una oficina mediana en la que seis o más colegas o pasantes frente a sus monitores registran operaciones o llenan formularios del SENIAT, SSO, INCES o cualquier organismo público, cuando no preparan estados financieros para solicitar un crédito. El colega en su cubículo particular con asistente y todo dirige lo más parecido a una línea de producción industrial. Los clientes se cuentan por decenas y en algunos casos superan el ciento. Allí se prestan los más variados servicios: asistencia legal y tributaria, redacción de documentos, gestoría, pagos en bancos, etc. Es el colega exitoso, con su mediana empresa de servicios, entre sus empleados hay algunos que se graduaron trabajando allí. Los salarios que paga se ubican en dos y medio salarios mínimos, más el “cestaticket”, incluso bonificaciones en el primer trimestre del año, la época de la zafra. El colega mantiene buenas relaciones con la directiva gremial, es un artista en eso de las relaciones públicas. Es admirado y reconocido por sus pares. De repente hay alguna huida o fraccionalismo de un empleado aventajado que se va con unos cuantos clientes y no menos cuentos para montar tienda aparte. Cosas del oficio.
Para todos el Colegio es un karma que los obliga a pagar unas cuotas de afiliación, un papel de seguridad para el uso en su trabajo, un impuesto de visado cada vez que preparan estados financieros u otro informe a un cliente.

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Un gremio que se regodea con unos ingresos significativos para el solaz de sus directivos y acólitos en reuniones periódicas en hoteles 5 estrellas.
Si los agremiados no se ha enterado es bueno que lo haga, la adopción de las Normas Internacionales de Contabilidad es un negociado con beneficiarios directos: las firmas que han ampliado su mercado, los dadores de cursos que obtuvieron una fuente adicional, los directivos de los colegios que consiguieron una justificación adicional para su turismo gremial.
No hay que dejar por fuera a la burocracia, formada por parientes o afines a la dirección de turno, que “trabaja…ja, ja” en las oficinas de visado, el llamado personal de la sala técnica y el variopinto grupo de colegas que cuasi pernocta en las instalaciones de los colegios.
No se puede acceder a los “servicios” papel de seguridad y visado si no se está solvente, esto con las cuotas de sostenimiento al día. Cada cierto tiempo surgen cuotas extraordinarias para una cosa u otra, fiesta, semana aniversario, nueva sede, juegos deportivos, etc. Que constituyen, igualmente, requisitos de solvencia.
Un caso no descrito pero no por ello inexistente es un colega insolvente por desempleado, consigue un trabajito con un amigo que necesita un balance, se lo exigen en papel de seguridad y visado, val al colegio pero para que le vendan papel de seguridad tiene que estar solvente el propio circulo vicioso. Termina conviniendo con un colega menos desafortunado que le presta el papel, el visado y el nombre por la mitad de los honorarios.
En el Colegio nada de apoyo o solidaridad con el colega desempleado, simplemente aplicación del aforismo latino solve et repete, pague y reclame.
Desde esta tribuna solo queda convocar a nuestros colegas a exigir cuentas claras, negarse a pagar cuotas extraordinarias, no visar estados financieros y resistir la imposición arbitraria que limita el libre trabajo. No es desatinado solicitar una constituyente para el gremio. Crear otro colegio es posible.

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Una respuesta a “El trabajo independiente de los contadores”

  1. No es desatinado solicitar una constituyente para el gremio, totalmente de acuerdo con usted. ¡Si es posible otro Colegio!. Con un liderasgo nuevo, con sentido social y justicia!. Me pregunto ¿para que esta el Colegio? Tal vez… para ayudar y socorrer a su agremiados, ademas de ofertar Poliza de Vida Accidentes o HCM en forma colectiva con primas mas bajas,o estimular el mejor desempeño de sus agremiados,promocion de la cultura y deporte, ect, ect, Sin embargo la realidad es otra.La sociedad casi en general carece de afecto y altruismo por los demas, va en aumento la perdida de valores. Es importante el buen ejemplo, la accion constructiva fraternal y dedagogica. Venezuela si cuenta ….

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